En
los tiempos actuales ha quedado claramente establecido que las economías
nacionales cuando entran en crisis enfrentan, para tratar de superarlas, dos
tipos de soluciones, según quienes ejerzan los gobiernos, unos, si se
apoyan en la teoría liberal de mercado sin intervención del Estado, y otras
que, advertidos de que esas soluciones no son tales sino que con ellas solo se
consigue la profundización de esas crisis en las cuales existen claros
ganadores y perdedores.
Identificados los primeros entre los grupos dominantes poseedores de
los bienes de producción y de cambio o financieros que exigen que los
remedios pasen por las políticas denominadas de AJUSTE, consistentes en volver
atrás en los niveles de reparto de las riquezas nacionales, mediante
congelación de sueldos, salarios y jubilaciones, rebajas en los impuestos que
los gravan, liberalizaciones del comercio internacional, devaluaciones
monetarias y, consecuentemente, aumento de la desocupación, achicamiento del
mercado interno por esa disminución de ingresos populares y, sintéticamente,
impulsar todas las medidas que conduzcan a facilitar la mayor concentración de
las riquezas en su favor, bajo la “promesa” de que cuando la crisis sea
superada y sus poderes económicos restablecidos, ellos, los propietarios de
todo, harán funcionar la teoría del “rebalse”, que significa que ellos los
dominantes y apropiadores de todo, ahítos y rellenos, hayan alcanzado el nivel
del hartazgo, decidan, antes de ahogarse por sus riquezas excesivas y
monstruosas, recomiencen el proceso de reparto entre los pobres con sus
sociedades de beneficencia tradicionales destinadas al otorgamiento de
pedazos de pan y alguna sopa aguada para que los desposeídos y explotados no se
mueran de inanición; dado que les son necesarios e indispensables para seguir
explotándolos para el caso de que la crisis se repita.
Todas estas
soluciones referidas al Ajuste SON TOTALMENTE ILÓGICAS Y POR LO TANTO
ESTÚPIDAS O EN CASO CONTRARIO INESCRUPULOSAS; en el primer caso porque las
mismas son absolutamente contrarias a los fines y objetivos del proceso
en los que se funda la economía tanto individual como nacional.
Preguntémonos con
interrogantes muy simples en cuyas respuestas todos estaremos acordes, por
ejemplo: ¿cuál es el objetivo primario e indispensable para que un comerciante
se decida abrir un negocio de ventas? obviamente, vender y vender cada vez más
y cuánto alcanzará su volumen de ventas constituye la incógnita básica de su
actividad. Por lo tanto, siempre resolverá en favor de que siempre existan más
compradores con capacidad adquisitiva suficiente y en el mejor de los casos que
la misma sea creciente.
Lo que le sucede a un
fabricante tiene similares componentes: ¿cuáles serán los consumidores
potenciales? ¿En qué medida se incrementarán en forma continua y creciente?
Como en el caso anterior, para proseguir y progresar requiere que el mercado de
compradores crezca y no disminuya.
En el caso del Estado
Nacional, bajo el objetivo de que la economía globalmente crezca será el
crecimiento del Mercado Interno, de modo no solo de beneficiar a los pobladores
del país como compradores o vendedores impulsando el crecimiento de sus
ingresos reales para un mayor bienestar sino, además, para obtener como
gobierno mayores ingresos los que permitirán mayores y mejores impuestos, es
decir, en los tres ejemplos podemos hallar absolutas contradicciones con las
propuestas del AJUSTE que apunta reducir los ingresos de la población en
general, con el consabido reducción del mercado interno y, por lo tanto,
obteniendo en consecuencias menores ventas por reducción de las capacidades
adquisitivas y de capacidad de imposición.
Si en cambio, todos los
contrarios al AJUSTE, como lo ponen de manifiesto las medidas adoptadas por el
actual gobierno, impulsan el crecimiento del MERCADO INTERNO con una mejor
distribución de la riqueza, con los aumentos periódicos a los jubilados y
pensionados, el funcionamiento de los aumentos de sueldos y salarios, el aporte
por hijos, la construcción de rutas, escuelas y parques industriales, entre
otras medidas, menor desocupación, micro emprendimientos y demás, los efectos
contrarios a las políticas de AJUSTE acorde con los principios económicos y no
contrarios a ellos, generando superávits fiscales, y un mercado internacional
productor de divisas que al no tener la cruz de la deuda externa con altos
intereses y directivas del Fondo, permiten garantizar el avance del país y de
todos los 40 millones hacia una sociedad más justa y por lo tanto más
libre.
Si este análisis está
respaldado por la lógica más ramplona que pueda imaginarse como lo vienen
probando los cambios sucedidos en la sociedad argentina desde el 2003 a la
fecha, con la aprobación de un 54 % y que, contrariamente como a lo vienen
pronosticando los falsos profetas del AJUSTE CADA VEZ QUE COMO AVES DE RAPIÑA
QUIEREN OSCURECER NUESTRO CIELO, las dudas entre el modelo en ejecución y el
proyecto del AJUSTE queda relegado a otro análisis que nos permiten afirmar que
el Plan del Ajuste no nos propone medidas estúpidas sino que el calificativo
aplicable es de ser INESCRUPULOSAS pensadas solamente en favor de los sectores
dominantes de la economía nacional, la Sociedad Rural, los monopolios y
oligopolios únicos causantes del proceso inflacionario que denuncian en tanto
lo provocan, sumados todos a los grandes capitales financieros que supliendo a
los productivos buscan acentuar sus volúmenes como lo ejemplifica el estado de
quiebra de casi todos los países europeos en los cuales EL AJUSTE ES EL REY Y
SEÑOR.
Terminamos sosteniendo que
en realidad a esas políticas económicas basadas en el AJUSTE catalogarlas como
inescrupulosas solamente sin agregarle otros calificativos como el de MALIGNA Y
OPROBIOSA es hacerle un favor ya que está establecido que no se debe escribir
sumando adjetivos, ¡PERO QUE GANAS DE SEGUIR UTILIZANDOLOS!
Miércoles,
13 de junio de 2012