¿Se
acabó? ¿Se acabará? La propuesta de
reformas a la Carta del Banco Central apuntan a la ampliación de las funciones del referido organismo en todos
los aspectos referidos a las actividades financieras en el país pero, de todas
ellas, queremos destacar la que pone fin a la más nefasta, más perjudicial y,
por lo tanto, contraria a los intereses nacionales, inventada por Cavallo que,
mediante el 1x1, pesos contra dólar, puso fin al manejo de la política
monetaria nacional con lo cual le quitó al gobierno y consecuentemente a la
Nación toda su soberanía monetaria, lo ató de pies y manos para todo lo que se
refiera a la misma fuera gobernado por el dólar. Una fórmula de
dolarización de nuestra moneda elaborada maquiavélicamente que pocos
advirtieron y otros más, interesados y satisfechos la apoyaron con vigor.
El invento fue liberar todas las variables económicas que podían ser
controladas, menos una, el valor de la paridad poniendo “preso” al valor del dólar, única
variable cuyo control era totalmente ajeno a las posibles disposiciones del
gobierno nacional
Nos ató, muy fuertemente,
afirmando que la convertibilidad era la
solución para la Argentina que la medida podía funcionar algunos años, animándose a señalar que él
pensaba que, posiblemente, fuera para siempre.
La medida de la
convertibilidad puede asimilarse al uso de una olla a presión dentro de la cual
colocó al dólar, dejando al resto, a todo el resto totalmente libre.
El dólar quedó atado y
fijo, pero la olla se fue calentando en pos de la explosión final.
La inflación se detuvo, a
pesar de que durante un poco más de un
primer año aumentó alrededor del 66%, todos los “economistas” clásicos
aplaudieron y apoyaron la medida y sobre todo el moño muy ajustado que ellas
implicaban que los satisfacía dado que daba lugar a la identificación de las causas de la inflación en las
exclusivamente monetarias, como siempre dijo el famoso Alsogaray.
Claro que, como algunos
medicamentos que nos recetan llevan indicadas las contraindicaciones que
conllevan aparejadas cualquier efecto negativo, la paridad monetaria también
los tenía y se fueron desarrollando poco a poco, hasta, que como lo dejamos
dicho la olla a presión se calentara lo suficiente para que la explosión se
produjera.
Esta asimilación a los
medicamentos y sus contra indicaciones nos trae a nuestro recuerdo dos
experiencias personales y una tercera que resultaron totalmente ajenas a los objetivos señalados para ser
beneficiosos contra los males que decían se curaban.
Con uno de ellos, la
cortisona, que usada en cantidades no controladas produjo o por lo menos
aceleró la muerte de mi padre, y en un segundo caso, la de un primo menor de 50
años de mi esposa.
El otro ejemplo de
conocimiento mundial, la talidomina, un medicamento muy usada en Alemania
destinado a mujeres embarazadas que produjo el nacimiento de hijos deformes en
miles de las usuarias y que tuve la
triste experiencia de constatar en una visita a ese país a las orillas del Rhin
en Colonia, cuando un grupo muy numeroso de jóvenes recorrían con enfermeros
sus orillas, portando sus horribles deformaciones físicas.
Así fueron los resultados
del medicamento argentino del 1x1, cuyas consecuencias fueron para beneficio de
los capitales golondrinas que depositando en dólares sus inversiones
transitorias gozaban de tasas de interés descomunales en la misma moneda, y les
permitió a los compradores de empresas adquirirlas a escaso precio , que
produjo cierre de otras empresas, enorme desocupación y el desarrollo de lo que
hoy llamamos la extranjerización de la economía nacional, que sigue manejando sus inversiones con grandes
utilidades, con remesas a sus casas centrales. Extranjerización que es
uno, sino el primero, de los obstáculos que el gobierno encuentra para
resolver los problemas.
Los pocos que a poco
denunciamos las consecuencias que ocasionaría al país esa fórmula del 1x1,
entre los que me encuentro, no fuimos escuchados y así seguimos con esa atadura que finalizó en el 2001 y de cuyos
efectos aún nos estamos reponiendo, ya que dejó una fenomenal deuda externa de
la cual estamos saliendo.
¿Se acabó? ¿Se acabará?
Creemos que sí, nos sacaremos esta soga que
nos asfixió durante casi 10 años y el Banco Central con esa eliminación
y las otras capacidades recuperadas podrá cumplir eficientemente las únicas
funciones que justifican su funcionamiento, es decir, actuar en favor y a favor
de la economía nacional y de todo el pueblo argentino.
Lunes, 5
de marzo de 2012