El
impuesto inmobiliario aplicado en todas las provincias argentinas es el más
bajo y como lo vamos a demostrar, el más arbitrario y lesivo en favor de los
propietarios de tierras que pueda imaginarse.
Pese a ello, esos propietarios cada vez que un gobierno provincial dispone
proponer una modificación al referido gravamen levantan sus voces y hasta
llegan al atropello físico mediante el uso de adecuadas patotas, como acaba de
suceder en la provincia de Buenos Aires con el fin de tratar de impedir que se
modifique la ley vigente, a pesar de que, en este caso la tasación fiscal lleva
alrededor de 20 años sin cambios,!20 años sin cambios¡ lo que de por sí
demuestra muy claramente la falta de justificación de esas quejas recordando
que según las estadísticas el incremento de los precios de las tierras rurales
ha sido el mayor índice de crecimiento a partir del año 1945 hasta la fecha
logrando que su posesión se haya transformado en la mayor defensa contra la
inflación conocida y, seguramente, a conocer.
Comencemos con un dato
utilizando como referencias numéricas las menores alteraciones en los precios
de las tierras rurales que se sucedieron a partir de la última devaluación del
peso/dólar aplicada en el país.
Según esos datos,
insistimos de mínima, una ha de tierra rural estimaba su precio de venta, el
supuesto valor venal, en 2000 dólares la Ha, el que luego de la mencionada
devaluación se transformó, insistimos, en valores de mínima/ promedio, en
10.000 dólares la ha.
Entiéndase bien este
proceso, el incremento del precio de la ha no fue la consecuencia del esfuerzo
de los propietarios de tierras sino causado, exclusivamente por una medida, de
nivel macro económico del gobierno nacional que, como lo acabamos de demostrar
transformó en propietarios millonarios a todos los poseedores de tierras
rurales sin que ellos, por sus esfuerzos e inversiones hayan tomado parte en el
tema. BENEFICIARIOS NETOS GRATUITAMENTE PRODUCTO DE LA DEVALUACION.
¿Por qué millonarios en
dólares?, porque 100 has con un valor original de 100x2000=200.000 dólares
incrementaron ese valor hasta 100x10.000 =1.000.000 millón de dólares.
Y nunca ni tampoco ahora
ningún gobierno provincial pretendió aumentar la tasación fiscal de los campos
a semejantes niveles, por ejemplo, en la Pcia. de Santa Fe en estos momentos se
estima que entre la valuación fiscal y los valores reales existen diferencias
en favor de estas últimas estimada en hasta 48 veces.
Razón por la cual esta
provincia según declaraciones del Ministro de Economía, mi amigo “Lito”, solo
se recaudan para los fondos provinciales 200 millones de pesos anuales
sobre una extensión estimada en alrededor de más de 13.000.000 de
has. Cuando el Ministro hizo pública su opinión de que ese impuesto debería
rendir alrededor de 600 millones año, ¡qué lío comenzó a armarse!, teniendo en
cuenta, además, que el Partido Socialista que gobierna Santa Fe ha reemplazado
al anterior Partido Demócrata Progresista de Lisandro de la Torre nacido para
defender los intereses de los de los ruralistas provinciales.
El acuerdo en trámite llegó
cuando este gobierno propuso estirar hasta 6 años el plazo para alcanzar
la cifra fijada de 600 millones del impuesto rural inmobiliario.
El problema básico alegado
por los Biolcatti’s y los Buzzi’s estriba en que si se incrementa la tasación
fiscal los propietarios rurales corren el riesgo cierto de ser incluidos
como contribuyentes en el Impuesto a los Bienes Personales y ello es totalmente
inaceptable para su mentalidades reaccionarias campestres.
Además, este tema que nació
hace mucho, a tal punto que tiene una antigüedad histórica que alcanza hasta el
siglo XIX, tiene otro aspecto de la cuestión que pasamos a explicar.
La teoría económica
vigente entre los costos de producción, en los costos llamados costos
técnico económicos y no solo contables, impone en su composición el
llamado “costo de oportunidad” basado en el hecho de que cuando un
propietario de un dado capital, en este caso tierra, pierde como resultado de
esa decisión la OPORTUNIDAD ALTERNATIVA a sus alcances para ganar, y que esa
pérdida del supuesto beneficio debe ser compensada incluyendo como costo de la
alternativa elegida para su inversión.
No se si queda claro, pero
tomemos un ejemplo que consideramos clarificador, si yo elijo trabajar en una
empresa pierdo la oportunidad de hacerlo en otras y por lo tanto mi actual
patrón debe compensarme por la oportunidad perdida por mi elección y para
recuperarla debe incluir en el sueldo que me paga ese agregado.
¡Qué idea de locos!
¿Verdad? pero es más o menos como funciona el concepto del "costo de
oportunidad" que, además, no señala cual es la alternativa perdida por lo
cual sería lo mismo si el propietario del capital elige una, por ejemplo,
destinar su capital para invertirlo en dólares o en un negocio de la esquina de
verdulería dado que las naranjas brindan mayores beneficios.
Los ruralistas tienen un
método propio para estimar su costo de oportunidad, que resulta de fijar el
precio de su capital en tierras al supuesto valor venal, o de venta
simulada, razón por la cual toman 10.000 dólares x 100 has, o sea los indicados
1.000.000 de dólares a una tasa de interés dada. Otro tema a considerar.
Primero, un poco de
historia: en 1964 en mi condición de Jefe del Departamento de Estudios
Económicos y Costos de la Dirección Nacional de Abastecimientos, el Ministerio
de Agricultura me designó para integrar, junto a 20 Ingenieros Agrónomos una
Comisión destinada al estudio de los costos de la producción agrícola para dar
sus opiniones con respecto a los precios sostén a fijar por parte del gobierno
nacional.
En esa reunión me enteré
que en un Congreso realizado en 1937 entre ingenieros y creo que productores se
había resuelto que el costo de oportunidad sobre la inversión en tierras se
estableciera fijando una tasa del 10% sobre el valor venal de esa tenencia.
Inmediatamente objeté que
el valor resultante no ofrecía cambios en el Beneficio Patrimonial ya que
contablemente se neutralizaba, dado que el pago ficticio de ese interés
contabilizado como un Débito se compensaba contra un valor similar por otro
ficticio, el ingreso del interés como un Crédito
Claro que si observábamos
el problema desde el punto de vista económico se debería reconocer que el
supuesto valor venal nuevo de la tierra significa un aumento patrimonial que,
reconocido para los intereses, debía serlo también en lo relativo al beneficio.
Un ejemplo sencillo: por
probarlo con los mismos números utilizados anteriormente, los intereses del 10
% sobre el valor reconocido para su cálculo, o sea 1.000.000 de dólares, se
elevaba a 100.000 dólares, el incremento patrimonial obtenido que significaba
un valor neto de 100 has a 2000 =200.000 dólares, que ahora se reconocía como
un patrimonio de 100 x 10000=1.000.000 dólares significaban una ganancia por
tenencia de 800.000 dólares, a los que descontados 10% a$1.000.000, o sea
100.000 dólares, daban un beneficio de 1.000.000 -100.000 =900.000 dólares. Las
consecuencias cuasi inmediatas de mi razonamiento dio como resultado que,
además de la negativa a aceptarlo por parte del resto de los miembros, mi
eliminación inmediata de la citada Comisión que debía fijar los precios
sostén.
Un nuevo ejemplo se demoró
durante un lapso muy prolongado, desde 1964 hasta el 2009,en cuya oportunidad
un economista liberal, o neo como suelen utilizar como pantalla los defensores
del mercado, el Dr. Pontón, que fuera profesor de la Facultad de Ciencias
Económicas de Rosario durante la dictadura 76/82, ligado a la Bolsa de Comercio
de Rosario y a la Sociedad Rural, publicó que, de acuerdo con sus datos el
costo agrícola era de pesos XXX, contablemente, a lo cual había que agregar el
costo de oportunidad del 4% sobre el valor venal de la tierra; una baja en el
porcentaje del 10% al 4% posiblemente asustado de sus propios cálculos si
utilizaba el anterior 10%. Pero pese a esa disminución que no obstante fijaba
el costo oportunidad en una cifra muy elevada, no advirtió o si lo hizo no
quiso ponerlo en evidencia, que el Banco Nación para los depósito en dólares
fijaba una tasa anual del 1% y que los títulos a largo plazo en Estados Unidos
habían llevado sus tasa a 0%.
Las conclusiones son
obvias, los dueños de las tierras del país en extensiones muy superiores a las
100 has que hemos tomado como simples referencias gozan de ventajas
excepcionales de altos privilegios desde hace mucho más de una centuria, el
impuesto inmobiliario es ridículo sobre todo comparado con su similar sobre las
propiedades urbanas, injustamente protegidos contra las posibilidades de ser
responsables del Impuesto a los Bienes Personales, secundariamente recordemos
que también beneficiados con créditos bancarios a tasas reducidas tanto
si hay sequía como inundaciones que significan erogaciones
presupuestarias a cargo de todo el resto, y que por lo tanto antes que protestar
les conviene hacer silencio para no provocar una reacción de todos los que
colaboramos en el incremento de sus beneficios, por ahora, también en silencio
y sin quejas.
Finalicemos con una
cita del libro de Adam Smith, padre de la economía liberal, quien pese a ello
en su libro La Riqueza de las Naciones, sostiene que “los terratenientes son la
única de las clases sociales que perciben su renta sin que les cueste trabajo
ni desvelos sino que la perciben de una forma espontánea…esta situación tan
cómoda y segura, no solo los convierte a menudo en ignorantes sino en incapaces
para la condición necesaria para prever y comprender los efectos de
cualquier reglamentación pública”.
Domingo,
13 de mayo de 2012