En su discurso posterior a la asunción del cargo de
Presidenta de la Argentina, puso en claro que seguirá en el cargo no como una representante de las
corporaciones y si de la totalidad de los argentinos y, a su vez, entre otros
temas comunicó su decisión de crear una
Subsecretaría de la Competitividad y sobre esta decisión pasaremos expresar
algunos comentarios que consideramos
deben o deberían ser tenidos en cuenta.
Competir en orden al comercio interno depende de los niveles de
inversión y consecuentemente de la productividad no de los operarios sino de
las nuevas maquinarias y tecnologías incorporadas. Y ese nivel de mayor
productividad debe traducirse en los precios que, lógicamente, a mayores
volúmenes operativos generan bajas de costos y, además, reducciones de precios.
Ello lógicamente, dado que los mejores volúmenes de ventas permiten, como está
matemáticamente demostrado por la relación, menores costos, mayores ventas y
mayores utilidades. Solo cuando las empresas a pesar de la demanda interna
agregada no responden con menores precios sino con mantenimiento de los
volúmenes de oferta sin crecimiento optan por mantener y aún aumentar los
precios con el resultado de que, inevitablemente, generan inflación. Qué solo
beneficia a los empresarios y perjudica a los trabajadores.
Cuando se trata de empresas dedicadas a la exportación sucede algo
más. Si la competitividad interna de las empresas se mide con respecto a la de
otros países y la relación pasa inexorablemente por las paridades cambiarias,
sucede que los precios que deben estar
basados en los costos reales y por lo tanto respetando los resultados de las
inversiones y de los incrementos de la productividad no se trasladan a la baja
de los primeros, generan falsos reclamos que buscan producir procesos de
devaluaciones monetarias que, también solo benefician a los productores
perjudicando a todo el resto.
Un solo ejemplo para que esto quede bien en claro. Desde su creación,
la Sociedad Rural ha reclamado como la única medida positiva para tomar por parte de los respectivos gobiernos
la “devaluación de la moneda”.
Y como los costos agropecuarios se estiman en exceso como resultado de
una decisión del sector iniciada en el Congreso celebrado en 1937 con respecto
al costo oportunidad reclamado en un 10%
sobre el capital en tierra invertido, calculado en dólares, que desde la
última devaluación ha aumentado de 2000 dólares la ha hasta un
promedio de 20.000 dólares, y aunque el
reclamo del 10% se ha achicado según algunos especialistas al 4%- economistas
de la sociedad rural de rosario- la suma sigue siendo una barbaridad. En
dólares el Banco de la Nación estuvo
reconociendo para los depósitos solo un 1%.
Sigamos con los ejemplos ahora referidos a actividades industriales de
ese sector mencionado por la Presidenta como
las corporaciones monopólicas que en número de 200 empresas dominan el
mercado de interno.
Para ello mencionaremos algunos ejemplos que pueden verificarse con
una revisión de los balances y registros contables ,ejemplos que nos dicen que los costos pueden ser
aumentados incluyendo en los registros como tales a las capacidades ociosas
,como lo practicaba la empresa productora de leche pasteurizada de Rosario con
una capacidad para producir 210.000 litros diarios de leche solo producía
105.000, y también registrando como costos de mantenimiento lo que en realidad
son mejoras, o reduciendo las existencias reales, o registrando como saldos acreedores en las cuentas de
provisión de los cubrimientos de las denominadas genéricamente como “leyes
sociales”, que en realidad demuestra los excedentes de cobertura son sobre
costos que deben ser pasados al rubro de beneficios, además, los excedentes de
la vida útil real de las maquinarias, instalaciones e inmuebles que siguen
rindiendo como robots sin costos los años en los cuales esos excedentes sigan rindiendo.
Por otra parte hay que dejar
constancias de los escritos de la literatura referida a los costos en cuanto
afirman que la base de los costos influyen en poco o nada en la formación de
los precios y además, la opinión de muchos especialistas en costos que
sostienen que cuando la empresa exporta debe partir de la base de que sus costos fijos se encuentran
totalmente cubiertos por las ventas en el mercado interno, debiendo considerar
que las ofertas externas pueden hacerse a solo los costos variables, con lo cual
perjudican exclusivamente a los precios utilizados en el mercado interno.
Y hay más, como el tema de los
Precios de Transferencias entre empresas vinculadas por procesos de producción
que se ejecutan en diversos países o en
diversas provincias que elevados artificialmente facilitan el incremento de los
costos finales reduciendo también las obligaciones impositivas por reducción
falsa de sus beneficios.
Estos temas están incursos en el discurso de la Presidenta del día 10,
durante el cual hizo mención a las
evasiones impositivas de las empresas
que no se compadecen con las crecientes beneficios obtenidos en los
últimos años como resultado del incremento de los niveles de las actividades
productivas que las llevó a un uso de la
utilización de las capacidades productivas del 30/40% en el año 2001 a cerca
del 100% de ese uso actual.
Por todo ello, opinamos que para el mejor y más eficaz funcionamiento
de la nueva Subsecretaría de la Productividad el tema de costos debe ser
prioritario, a lo que debemos agregar que esa relación se debe extender, como lo venimos
sosteniendo, al análisis de los subsidios que solo serán justos, además de
aplicados a sus beneficiarios correctos,
cuando se aplican sobre costos también correctos para no significar, en realidad, un beneficio
oculto para las empresas prestatarias.
Lunes, 12
de diciembre de 2011