Hay
en estos días un tema caliente de discusión con referencia a las medidas del
gobierno nacional que apuntan a controlarlas las importaciones y otro, sector
empresario, que exige que esos controles se eliminen o se reduzcan a su mínima
expresión.
Parece un enfrentamiento leal y honesto del cual participan los
gobiernos de otros países que reclaman dado que esas medidas perjudican a
sus propios exportadores, lesionando las relaciones que todos pretenden,
beneficiosas o no, del resultado del comercio internacional.
Presentado así, esta
discusión aparece, en principio como un enfrentamiento entre intereses
opuestos, leal y honesto, y por lo tanto justificable.
Sin embargo, si ahondamos
en el análisis de las causas de estas motivaciones, el asunto pierde
legitimidad y, consecuentemente, también deja de ser leal y honesto.
Vamos a explicarlo con un tema
que obedece a las complejidades de los Costos que en general aparecen
como mus difíciles de comprender, no obstante no lo son y, por lo tanto, están
al alcance de todos. Descubriremos así que detrás de un aparente ”crimen
perfecto”, para decirlo con una expresión comprensible para todos, lo que
permitirá que logremos identificar el culpable o, mejor dicho, dado que los
participantes son muchos, a todos los responsables, aunque no con ello
alcanzaremos las posibilidades de someterlos a juicio y penarlos.
Cuando una empresa
elabora partes de un producto final en una cadena de empresas radicadas
en otros países o no, se conforma entre todas ellas una cadena de
transferencias de las partes parciales de ese producto final y, lógicamente,
también se transfieren los costos derivados de la elaboración de esas
parcialidades.
Para entendernos mejor, si
a esas partes las denominamos con letras la cadena de transferencias será
expresada como a+b+c…………..+n= P, cada una de esas partes será acompañadas por
sus costos que se fueron acumulando, es decir, desde a hasta n.
La teoría de costos los
incluye en un capítulo especial al que denomina PRECIOS O COSTOS DE
TRANSFERENCIA, y plantean las diferentes alternativas con que esos costos
pueden ser calculados.
Hasta aquí seguimos con que
planteada así la discusión entre las partes sigue siendo legítima, honesta y
leal, pero que en la realidad facilitan maniobras que invierten esos
calificativos por la inversa, justificando las razones por las cuales
esos sectores “importadores” insisten en importar y no
producir en el país.
Cada una de esas
transferencias de Costos ocultan un problema derivado del hecho de que mediante
el incremento indebido de los costos de cada etapa los fabricantes del producto
final radicado en el país explica sus menores beneficios o utilidades y PAGA
MENORES IMPUESTOS.
Es un problema que algunos
denominan como un tema FISCAL por lo cual casi todos los países incluyen normas
en las leyes fiscales de sus propias jurisdicciones para evitarlos y sancionarnos,
aunque ello resulte bastante complejo para localizar las trampas. Mientras
tanto, los IMPORTADORES SIGUEN RECLAMANDO QUE LOS DEJEN IMPORTAR SIN EXIGIRLES
QUE FABRIQUEN EN EL PAIS.
Aclaremos, finalmente, que
para ejecutar esta trampa no es necesario que las distintas filiales de las
empresas estén radicadas en distintos países, ya que lo mismo sucede con
filiales en distintas Provincias que, gozando de ventajas impositivas legales,
aprovecha esas ventajas para llevarlas a cabo. Esa experiencia la vivimos
profesionalmente con un productor de partes de los tractores de Massey
Ferguson, que entregándolas en su sede cercana debía enviar las facturas a un
galpón vacío instalado en Villa Mercedes, San Luis, cuya única tarea era
la de aumentar falsamente sus costos y remitir LAS FACTURAS FALSAS a la sede
central.
Jueves, 1
de marzo de 2012