Los
liberales le tienen pánico a la simple expresión que implica el concepto de
planificar, al cual le asignan un tufillo similar a imposición, a dictadura,
ellos sostienen que el uso de recursos escasos para satisfacer necesidades
múltiples y crecientes es suficiente el sagrado mercado que, como lo demuestra la realidad de los últimos 300
años, reparte solo en favor de los sectores del poder económico.
A nosotros, en cambio, nos resulta atrayente la tarea de planificar
destinada a la asignación de esos recursos escasos, no a los poderosos, sino a
los sectores más débiles y por lo tanto más necesitados de los componentes de
las sociedades humanas.
Por esa razón y ante el
conocido plan de viviendas lanzado por el gobierno nacional destinado a esos
sectores que plantea la construcción de 400.000 viviendas en los próximos 4
años y particularmente de 100.000 de ellas de aquí a fines del 2013, sostenemos
la necesidad de que para que el plan resulte debe planificarse minuciosamente
un conjunto de medidas que aseguren esas promesas que no solo sean las de
construir sino que, además, obren como elemento catalizador de otorgar empleos,
mantener y ampliar el mercado interno y evitar fundamentalmente que se genere
un proceso de creciente inflación fundado en el crecimiento de la demanda
efectiva por encima de la oferta existente, particularmente en el rubro de
materiales para la construcción, muchos de los cuales están en manos de escasos
oligopolios que manejan los precios pensando en su exclusivo beneficio.
Para lograr esos y otros
objetivo es indispensable PLANIFICAR una serie de aspectos sin lo cual las
promesas y sus efectos positivos caerían en saco roto contrariando el círculo
virtuoso que la decisión busca poner el marcha.
Como no tenemos noticias de
que el desarrollo del plan conlleva paralelamente medidas de planificación
destinadas a asegurar y garantizar su éxito total, y áun para el caso muy
lógico de que este escrito sea totalmente superfluo, nos tomamos el
atrevimiento de ofrecer algunas ideas al respecto aunque finalmente fueran
totalmente innecesarias.
Partamos de la base de que
la planificación en relación con la oferta de mano de obra disponible destinada
a la propia construcción sería fácilmente resuelta dado el nivel de
desocupación aún existente y que la creación de cooperativas de trabajo es una
correcta idea ya puesta en marcha con suficiente efectividad. El problema, como
ya lo anticipamos, aparecerá sin ningún
lugar a dudas por el lado de la oferta de los materiales necesarios en tiempo y
forma, para lo cual será necesario sacar la compra venta de esos materiales del
mercado de la oferta y la demanda dictando las medidas para evitarlo. Obsérvese
que al solicitante de un crédito para la construcción de su vivienda al cual se
le entrega una cantidad de dinero con el cual deba enfrentar los seguramente
crecientes precios del mercado, será lo mismo que mandarlo a la hoguera, ya que
el mismo se transformará simplemente en un regalo griego como les pasó según
cuenta la historia a los habitantes de Troya que dejaron que el famoso caballo
entrara mansamente.
Para evitar este problema,
y teniendo en cuenta que el plan contempla tres alternativas que pueden ser
contempladas conjuntamente, la primera de aquellos que poseen un terreno, los
que recibirán un terreno constituido de posesión del Estado nacional,
provincial o municipal y los obtengan un crédito destinado a la adquisición de
un terreno para destinarlo a la construcción contratando privadamente, se debe
organizar un llamado a licitación para cada proyecto destinado a la oferta de
los diferentes materiales para que esos oferentes al adquirir el derecho al a
provisión se comprometan a mantener los costos de los mismos durante el plazo
de construcción y cobrando sus entregas al ritmo previsto por parte del Banco
Nación u otra entidad que desee participar mediante la presentación de los
certificados correspondientes.
Estado o empresas que tomen
a su cargo la construcción al ritmo previsto y preestablecido y las segundas a
las entregas establecidas sufrirán las multas correspondientes si así no lo
hicieren.
En esta propuesta dejamos
para su estudio los pequeños detalles que permitan aplicarla sin errores, que
no se nos aparecen como significativos, agregando como un detalle más que el
Estado, ante el conocimiento posible de una oferta nacional muy inferior a la
demanda agregada que se pondrá en marcha, puede financiar mediante créditos
bancarios o decisiones de inversión, por ejemplo, en fábricas de ladrillos,
explotación ampliada de cemento y otras de la sinnúmero que estarán interesadas
en invertir un capital para la producción poseyendo desde el principio una
demanda garantizada de hasta 400.000 unidades de viviendas que la requerirán,
con la seguridad de la venta de su producción y además con los menores costos
derivados del uso de su plena capacidad productiva.
Un ejemplo: si en un
municipio cualquiera que posee terrenos para poner a disposición de la
construcción de un X números de unidades viviendas de construcción standard en
metraje y condiciones restantes de habitabilidad, de dos dormitorios, cocina,
baño y sala que puede involucrar 70 m2 cubiertos, calculados los materiales
para darlas por terminadas, se pueden calcular precisamente los materiales
necesarios, los tiempos de entrega al ritmo de la construcción, a costos sin
modificaciones salvo cambios en los salarios, con 4 personas por propiedad, y
otros detalles, ¿por qué no se puede, generalizando esta metodología a todas
las unidades prometidas, aún de aquellas que no deseando la unidad standard
prefieran seguir sus propios deseos?, ¿PORQUE NO PODRIA SER LA BASE PARA LA
CONSTRUCCION DE 400.000 VIVIENDAS SIN INFLACION CON AMPLIACION DEL MERCADO
INTERNO, DISMINUCION DEL NIVEL DE OCUPACION Y FINALMENTE CUMPLIMIENTO EFECTIVO
DEL PLAN PROPUESTO?
Martes, 7
de agosto de 2012