En la búsqueda destinada a ser considerado el único representante de
la derecha pública en el país y dado que esa derecha no tiene aún un
representante en el terreno de la política que conduzca a un posible triunfo
electoral de modo de gobernar sin la necesidad de un golpe militar o de un
menemismo revivido, Macri viene
cumpliendo con todos los deberes, rigurosamente, para ser el elegido. Que por
otra parte ya lo es y, por lo tanto, no puede equivocarse.
¿Qué requiere esa derecha? Un hombre fuerte inmune a las críticas por
sus actitudes, decisiones, que esté en un partido político cuyos componentes
acepten todas la resoluciones que ellos mismos han apoyado, que conduzca a
todos los vetos, sin protestas, que en un partido político normal ya hubiera
producido decenas de renuncias. Pero el PRO no es normal, sino solo un grupo de
personajes que, ligando de rebote cargos, sueldos y negociados, se han unido
solo para darle los necesarios apoyos legales para su conformación. Macri, a
pesar de todos los vetos, nunca los hará considerarse en off side, porque esa figura no existe, ya que la derecha no se
rige por semejantes minucias.
¿Qué otra cosa debe poseer el candidato de la derecha? Ser totalmente
inmune a sus “errores” y a las críticas que los mismas generan en el resto de
la sociedad pensante, confundir las fechas de los grandes acontecimientos
nacionales, el día de la bandera con el día de la independencia, usar bigotitos
mal pegados, cantar sin afinar, bailar como un cerdo y no como un mono, que en
otros producirían vergüenza y pudores, saltar charquitos de agua como si fueran
océanos, y en fin , todos esas que para otros serían estupideces y que a él no
lo conmueven porque son parte de la personalidad que la derecha quieren ir
conformando para el asalto final.
¿Qué más debe poseer su futuro candidato? La capacidad para negar
todos sus errores, sus incumplimientos y
promesas, beneficiar a sus amigos con negociados y no responder a las
acusaciones, echar la culpa a otros poderes, declararse siempre inocente aunque
existan fotos y pulgares que lo prueben.
Y algunas cosas más. Como la de
no trabajar ni hacerse responsable de los hechos que impulsa
concurriendo a dar explicaciones en cada caso en que deba hacerlo, declararse
en vacaciones, un diputado que concurrió
a una sola reunión de la cámara sin justificar sus ausencias más que en
desprecio por todas las instituciones democráticas, impedir el funcionamiento
de los organizaciones barriales recién creadas. Sintéticamente, la derecha
requiere un representante político que tenga la “caradurez” de que no le
importe ni interese ninguno de los juicios que suscita su desprecio por las
instituciones democráticas, sino solo su destino final del poder.
Y para ello, la derecha, encontrado el hombre que intenta elegir como
su representante, le ha puesto a su servicio para lograr convencer a la
ciudadanía con esa caricatura apoyada por sus consejeros hábiles para crearlo y
que, conociendo la cambiante y hasta lábil conducta de las masas, les garantice
el éxito de sus propuestas, que solo apunta a la recuperación de TODO el poder
para los sectores dominantes.
Si no fuera así, si el apoyo y su voto de las grandes mayorías
nacionales respondieran, en cada momento
histórico, a las razones fundamentales que en que deben apoyarse sin desvíos
circunstanciales que le nublen sus decisiones, el problema no existiría, la
derecha nunca podría construir un monigote para alcanzar legítimamente el
poder.
Pero, cuando observando la historia nacional y mundial de solo los últimos
100 años comprobamos que esos MONIGOTES
han alcanzado el poder, y recordemos solamente la experiencia de Menem,
sobre todo la votación del 95 para ser reelecto, basta para dar por cumplida
nuestra misión de advertir que tras la personalidad de Macri se va creando un
personaje grotesco pero efectivo al cual hay que apuntarle todos los
cañones para impedir que avance.
En conclusión, nada de risas por sus actitudes y dichos carnavalescos
que no son errores sino conformación de
una personalidad tal como la derecha lo requiere para recuperar el poder.
Miércoles, 1 de febrero de 2012